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Cuidado si llevas a tu mascota en autobuses ALSA


Llevar a una mascota cuando tienes que ir de viaje puede ser un problema. Ya no a nivel costes (pues el precio del billete suele incrementarse) sino por cómo se comportan algunas compañías. En mi caso, no volveré a viajar con ALSA cuando tenga que llevar a mi gato, después de una experiencia de chiste.

Viajar con mascotas en ALSA, lo básico


ALSA permite a los viajeros llevar a una mascota, lo que supone un coste adicional del 50% del billete. La empresa cuenta con sus normas para llevar a animales en el autobús. Básicamente, lo que te explican es que el perro, gato, o mascota que tengas (salvo las aves de corral, que están vetadas) irá en la bodega. Es decir, en la parte inferior del autobús.

Pese a lo aprensivos que nos podamos mostrar con la idea, tiene su lógica. De llevarlo en cabina, si otro pasajero tiene alergia se pueden dar situaciones incómodas. De todas formas, la primera vez que tuve que viajar con mi gato le pregunté al dependiente de la taquilla si el gato iba a ir con las maletas. Me explicó que no, que a los animales los meten en una bodega a parte de las maletas que hay junto a la puerta trasera. Esa fue la razón por la que me convencieron para pagar el billete de mi gato y viajar con ellos.

Lo ocurrido con mi gato


El pasado agosto, viajé de Ferrol a Madrid y pagué el suplemento para poder llevar al gato. Me encontré con una situación de vergüenza. Y la considero así como consumidora, por supuesto, pero ya como persona. El conductor abrió el habitáculo donde se supone que van las mascotas y resultó que estaba "ocupado". Os dejo la fotografía:


Un extintor, un palé tamaño mini, algunas garrafas y unos cuantos botellines de agua. El conductor indicó que el gato tenía que ir con las maletas, porque el habitáculo "estaba ocupado con otras cosas", algo que no era su responsabilidad y que "no podía solucionar". Con su par de pelotas.

En la foto del billete, podéis ver que fue comprado el 29 de julio, y este viaje se realizó el 15 de agosto de 2015. Con lo que la compañía sabía desde hacía más de dos semanas que en ese servicio iba a viajar un animal. De interesarles lo más mínimo, bien podrían haber habilitado el habitáculo.

Las bodegas principales de los autobuses ALSA son de este estilo:


En mi caso, suelo volver en autobús con una señora maleta de más de un metro de alto y que pasa de los 30 kg. de peso tranquilamente. En general, el resto de maletas que viajan en esa línea son grandes y aparatosas. Ahora imaginaos una sarta de ellas ahí apiladas. A lo que hay que añadir que el ALSA Ferrol-Madrid hace unas cuantas paradas intermedias donde la gente se sube, mete y saca maletas, y quienes hayáis cogido esta línea sabréis que al llegar,la tuya nunca está en el mismo sitio donde la dejaste.

Pues ahí, es donde el conductor pretendía meter un transportín pequeño de plástico rígido, donde iba mi gato. Alegando que en el viaje las maletas no se mueven del sitio (aunque si vas en el autobús es normal escuchar golpes y resbalones en la bodega), que el gato iba a ir bien, y que no pasaba nada cuando la gente metiera o sacara más maletas. Me negué y traté de razonar con él en un primer momento, por las buenas, pero siguió erre que erre con que no.



Así que acabé en una discusión acalorada con él para que vaciara de la bodega pequeña el palé, las garrafas y las botellas. El extintor iba atado, con lo que a su lado cabía el transportín sin problema ni riesgo. Cuando le indiqué que había pagado por llevar al animal, y que tal como me habían dicho aquella primera vez en taquilla, eso me daba derecho a que mi gato fuera en ese lugar apartado, me dijo que "ellos no están obligados a meterlos a parte, que es algo que suelen hacer para que el animal vaya más cómodo pero que lo hacen porque les da la gana".

Lo cual, es cierto. No se especifica que la mascota viajará en el habitáculo a parte:
Se admitirán un máximo de una (1) mascota por servicio, que viajará en la bodega del vehículo.
Y, por supuesto, ALSA se lava las manos si es que al final la mascota va con las maletas porque:
Con carácter general, el traslado de estos animales se realiza bajo la entera responsabilidad de sus propietarios, que viajarán necesariamente en el mismo servicio que el animal.
Es decir, que si una maleta cae sobre un transportín de plástico rígido durante el trayecto y lo rompe, o este se abre dejando libre al animal en el mejor de los casos, la responsabilidad es toda del viajero. Me quedé alucinada. 

Finalmente y por las malas, conseguí que el conductor accediera a quitar las cosas del habitáculo y mi gato fue allí. Cabe destacar que con el tipo dándoselas de estar haciéndome el favor de mi vida, cuando ¡fue un servicio por el que había pagado!

Nunca más volveré a llevar a mi gato con ALSA. Y me parece una situación que, quien quiera viajar en con una mascota en esta compañía, debería conocer.

El cachondeo de ALSA con las mascotas

Todo esto, además de envenenarme, me parece vergonzoso.

En primer lugar, la tarifa por transportar mascotas de ALSA es escandalosamente alta en comparación al servicio prestado. Tengamos en cuenta que:
  • Pagas un 50% de tu billete, como billete para tu mascota.
  • A efectos prácticos, y aunque los conductores suelan meterlos en el habitáculo independiente (esto sí es cierto que lo suelen hacer, porque aunque he viajado poco con mi gato si he ido en viajes con mascotas de otros y lo he visto), no están obligados a hacerlo. Es decir, en realidad pueden tratarlo como a una maleta.
  • El colofón es que, si a tu mascota le toca ir con las maletas y pasa algo: la responsabilidad será tuya.
En ALSA no existe límite de equipaje que puedas llevar, ni número de maletas máximo ni nada. Con lo que en realidad, y dado que ellos no se responsabilizan de lo que le pueda ocurrir a mi mascota, no me están prestando ningún servicio excepcional aunque sí me lo están cobrando.

Además, las normas son contradictorias. Puesto que, dado que el gato puede ir con las maletas a las que en cada parada suben nuevos pasajeros que colocan ellos mismos su equipaje en la bodega, no se entiende que otra de las normas sea:

El embarque y el desembarque del animal será realizado por su propietario, procurando que no haya personas en las proximidades, a fin de evitar circunstancias incómodas o peligrosas que pudieran afectar al resto de los viajeros.
Mi impresión es que ALSA ve un filón en lo de dejar ir mascotas en los autobuses, porque no les cuesta nada llevarlos en la bodega (ni responsabilidad ni dinero) y, además, aunque solo puede ir una mascota por servicio, indican que:
Únicamente ante una situación excepcional, y previa autorización del Técnico de Servicio, el conductor podrá admitir en las mismas condiciones, otras mascotas no peligrosas y cuyo importe será el mismo que por transportar cualquier otro animal.
 Es decir, que cuando les de la gana pueden llevar a más sin que los dueños tengan derecho a objetar nada. Cobrando más, claro, que eso sí está bien especificado siempre que toca.

En resumen, llevar a tu mascota con ALSA es jugártela. Ellos cobran seguro, pero el servicio no está necesariamente garantizado más allá de que el transportín en el que viaja tu mascota sea tratado como una maleta.
Pilar C. Sánchez

Pilar C. Sánchez

Escritora por hábito y por vicio, lectora por extensión. Escéptica, anarcocap, dice un título de la UCM que periodista. Con tendencia al caos (ordenado), gusto por las cosas raras y el frikerío en general. Cactus y escorpión, pero se me acaba cogiendo cariño.

3 comentarios:

  1. Las mascotas disponen de ese compartimento especialmente diseñado y climatizado para ellas y no pueden viajar el otro que no sea ese, y Alsa es responsable 100 por cien de la mascota aligual que de lis pasajeros y del equipage , que para eso cobra un billete y tiene un seguro de responsavilidad civil que lo cubre todo.

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  2. Las mascotas disponen de ese compartimento especialmente diseñado y climatizado para ellas y no pueden viajar el otro que no sea ese, y Alsa es responsable 100 por cien de la mascota aligual que de lis pasajeros y del equipage , que para eso cobra un billete y tiene un seguro de responsavilidad civil que lo cubre todo.

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  3. Yo tengo un perro pequeño, y lo llevo en un transportin de tela con sus rejillas, y totalmente plastificado, voy con el en cualquier transporte publico sin ningún problema, incluso en la linea que va de Madrid a Torrelaguna o viceversa, nunca he tenido ningún problema, yo subo con mi bolso-transportin, me suelo sentar adelante por que hay mas espacio, y o bien lo dejo en el suelo, o lo pongo sobre mis rodillas (es un animalillo que se queda dormido, y ni parece que esta). Pero hoy el conductor me ha hecho meterlo en la bodega. Me ha parecido in humano, porque la bodega queda cerrada herméticamente, no tiene ninguna ventilación, y es para equipaje. Con todo el dolor de mi corazón le he tenido que meter allí, en un viaje que dura casi dos horas. Me parece de locos que en este tipo de servicios te obliguen a meter un ser vivo en un sitio sin ventilación ninguna. De veras que estoy muy enfadada, una mascota es un ser vivo, y no hay derecho a eso, si dispusieran de un sitio a parte con ventilación, lo entendería y lo aceptaría, pero así no me parece lógico.

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